Escritos clínicos sobre perversiones y addiciones


Rodolfo Moguillansky (Compilador)

Rodolfo Moguillansky

  • Compilador: Rodolfo Moguillansky
  • Autores: Samuel Arbiser, Ángel N. Costantino, R. Horacio Etchegoyen, Benito M. López, Jorge L. Maldonado, Carlos E. Moguillansky, Rodolfo Moguillansky, Silvia L. Nussbaum, Guillermo H. Seiguer.
  • Editor:Grupo Editorial Lumen 
  • Páginas: 376
  • ISBN-10: 9870002358
  • ISBN-13: 978-9870002352

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Texto de contratapa:
Escritos clínicos sobre perversiones y adicciones compila y recoge la práctica de psicoanalistas de amplia experiencia en perversiones y adicciones —con pacientes que reúnen los requisitos clínicos para ser diagnosticados como perversos o adictos—, a través de nueve historiales. Otorgar un lugar central a la experiencia clínica, como lo hace este libro, es una toma de posición de parte de ellos, que implica comprender y tratar la subjetividad de las personas que tienen estos padecimientos.

Los relatos de este libro tienen la teoría construida por Freud como teoría presupuesta, y avanzan en las referencias bibliográficas a los desarrollos más actuales. A esto se suma una fina reflexión clínica en pos de una mejor comprensión de estos difíciles problemas.

En los historiales de los pacientes perversos, se discute, además del genérico no respeto o burla a la ley, problemas específicos como: la perversión de transferencia; el papel pervertidor de los padres, la complicidad materna; el travestismo; el fetichismo; la necesidad de distorsionar y de engañar; el cortejo caracterológico que acompaña a la perversión; la diferencia entre perversión y perversidad.

Las exposiciones sobre la clínica de la adicción incluyen el psicoanálisis de un caso de bulimia, de un paciente alcohólico y de un adicto a la cocaína. Se distingue la adicción de la drogodependencia, términos que suelen ser usados como sinónimos. Los relatos dan cuenta de las determinaciones psicológicas de las adicciones, su peculiaridad psicopatológica, y revelan que la adicción no es explicable solamente por los efectos farmacológicos de la droga..


Reseña

Libro valioso por su desarrollo temático que suma otra singular virtud: superar lo que sería un texto análogo escrito por uno solo de sus integrantes. En cambio, brinda una propuesta diversificada, independiente y acumulativa.

Cada capítulo es enriquecido asimismo por el aporte de su comentarista, meduloso agregado que lo duplica, generando una ampliación de diálogo. La bibliografía, mucha de ella compartida, orienta epistemológicamente cómo los diversos partícipes las entienden y utilizan.

Rodolfo Moguillansky, talentoso compilador y coautor de la obra, la introduce de la mano de los autores clásicos y adjunta sus propias elaboraciones que brindan una ilación y elementos de debate que tientan al lector a proseguir la lectura de los títulos que vendrán. Cita también y con acierto, algún punto clave de los diferentes autores del texto.

Comienza glosando el desarrollo freudiano acerca de los estados, posibilidades funcionales y defensivas del Yo y sus variadas sexualidades, tanto en las neurosis, como en las perversiones. Refirma las bases metapsicológicas de la disociación yoica, la Spaltung, y sus vicisitudes en las diferentes patologías. Recuerdos encubridores, madre fálica, elecciones objetales narcisísticas, etc., van surgiendo en una cadencia útil para la armazón psicoanalítica de la anatomía fantástica, base para la edificación psíquica de esta disevolución sexual: la perversión.

Relaciona ideas de Meltzer respecto a “Pegan a un niño”, quien plantea cómo el sado-masoquismo se encuentra en la base pulsional de la perversión. Cita a Hans Sachs quien aseveraba como en el adicto “lo imponente, lo dominante... son las fuerzas libidinales que han sido separadas del Yo”... y estblecía una concordancia donde tanto en las perversiones como en las adicciones, la actuación contiene un componente satisfactorio.

Destacaré algo de los diversos capítulos, imposible mencionarlos en su totalidad:

H. Etchegoyen, aborda el caso de una paciente lesbiana para ilustrar clínicamente y desarrollar el concepto de transferencia perversa. Un aporte conceptual y técnico valioso, extensivo al paciente perverso en general en cada vínculo analítico.

Benito López en su artículo “Bulimia, un modelo adictivo”, hace su propia elaboración respecto de las especificidades transferenciales.

Estos temas se complementan con el trabajo de Jorge Maldonado “Sobre la necesidad de distorsionar y engañar en las estructuras perversas”, en donde explica cómo la perversión impregna su entorno no sólo durante la práctica perversa, sino que señala como la distorsión de la verdad, se instrumenta perversamente en el diálogo analítico. Lo considera como un elemento distintivo de otras patologías que pueden presentar actuaciones perversas. Característica que marcaría una diferencia clínica, diagnóstica y técnica importante.

Otro relevante distingo: el noreconocimiento de la alteridad y diferencia del otro. El eje perverso, tiende a negar, apropiarse, identificarse proyectivamente, etc., con aspectos relacionados con la diferencia de los sexos. Es la anatomía fantástica de la que habla Rodolfo Moguillansky. Las diferencias son distorsionadas, como lo subraya Maldonado, al tergiversar el acto imposible en un acto anatómicamente posible y con alguien del mismo sexo. Así que lo imposible para otros, se torna compulsivamente erotizado y posible para el perverso, con el rendimiento de placer narcisístico omnipotente característico.

Establece un paralelo donde subraya la dinámica con que el adicto deflexiona hacia la droga la atracción al pecho frustrante y alucinado de la madre y análogamente, en el perverso, hacia el falo alucinado. Aquí Maldonado aproxima rasgos en común en la psicodinamia de ambas patologías: la adicción con la perversión. (Sin hacer ningún intento nosográfico de igualarlas)

Exploración de un caso de travestismo, capítulo que Carlos Moguillansky desarrolla en profundidad y abundante material clínico. En él, recalca cómo el travesti con el vestido, no trata de mostrar lo que se tiene, sino, lo que no se tiene; y abre una especulación sobre estas ambigüedades tan vistosas y características. Realza asimismo el valor erotizado de la mirada. Cita, entre otros, a Lacan quien relaciona la exhibición del velo del travesti con la identificación del sujeto con aquello que está detrás del mismo; el falo de la madre fálica.

Se ocupa de elementos necesarios para la intelección del fenómeno travesti. Describe todo el proceso de la masturbación en general, considerándola evolutivamente, como la opción orgásmica central. Delimita los contenidos fantasmáticos propios de las diversas actividades masturbatorias como terreno exploratorio de la actividad sexual normal, marcando asimismo distingos con la presencia masturbatoria trastocada en las diferentes entidades psicopatológicas neuróticas y perversas. Luego explica la diferencia entre el acto sexual libre y el perverso y cómo y por cuáles derroteros, ambos están independizados de las trabas propias de la condición neurótica.

El perverso, dice, se burla del neurótico, ora en la secrecía de su clandestinidad, ora en forma desembozada y hostil. El perverso no es víctima de las restricciones del neurótico, pero es esclavo del simbolismo exclusivista y estructural de su práctica, de su escena preformada, a la cual quedará regimentado narcisísticamente su partenaire.

Muestra de estos aspectos se pueden apreciar en el sugestivo caso del trabajo “Esperar sueños o fabricar ilusiones” de A. Costantino, R. Moguillansky y G. Seiguer, donde se investiga un complejo ritual poliadictivo y perverso, que el paciente apodaba maníacamente su carnaval.

“Un chico golpeado, un chico golpeador”, de Silvia Nussbaum, aporta otras novedades a la configuración del texto. En él trata la clínica del odio, y plantea un distingo que investiga: el de considerar al odio como un fenómeno autogenerado concebido sólo desde la pulsión, o si también debiéramos agregar la incidencia del vértice transgeneracional por vía identificatoria. La dimensión transgeneracional, la continuidad de sentido, es un acápite identificatorio que sugiere hipótesis útiles para evaluar su participación dinámica en las patologías tratadas.

El libro constituye un rico abecedario que estimulará al lector frente a esta misteriosa Babel de las perversiones y adicciones, y a una meditada revisión de cómo los psicoanalistas creemos entenderlas en la actualidad.

Leonardo Wender

Índice:

Introducción, Rodolfo Moguillansky 
PARTE I: Escritos clínicos sobre perversiones:
Evolución terapéutica de una sintomatología perversa, Samuel Arbiser
Comentario, Benzion B. Winograd
Perversión de transferencia. Aspectos teóricos y técnicos, R. Horacio Etchegoyen
Comentario, Elizabeth T. de Bianchedi y Clara R. Nemas de Urman
Sobre la necesidad de distorsionar y engañar en las estructuras perversas, Jorge L. Maldonado
Comentario, Manuel J. Gálvez
Exploración de un caso de travestismo, Carlos E. Moguillansky
Comentario, Leonardo Wender
El hombre que iba al barrio oscuro, Rodolfo J. Moguillansky
Comentario, María Inés Raitzin de Vidal
Un chico golpeado, un chico golpeador, Silvia Nussbaum
Comentario, María Lucila Pelento

PARTE II: Escritos clínicos sobre adicciones:
Bulimia: un modelo adictivo, Benito M. López
Comentario, Rafael Paz
Esperar sueños o fabricar ilusiones. Notas para una teoría sobre la adicción, Ángel N. Costantino, Rodolfo J. Moguillansky y Guillermo H. Seiguer
Comentario, Felisa Waksman de Fisch
Sobre la patología del alcoholismo y la drogadicción en la experiencia psicoanalítica, Jorge L. Maldonado
Comentario, Carlos Mario Aslan