Vínculo y Relación de Objeto

Moguillansky Seiguer - Vida emocional de la familia

Autor: Rodolfo Moguillansky
Tapa Blanda / 128 páginas
Editor: Polemos (July 2003)
ISBN-10: 9879165144
ISBN-13: 978-9879165140
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Texto de contratapa:
Este texto explora las nociones de "relación de objeto" y "vínculo", sus zonas de contacto, de encuentro y desencuentro. Luego de comentar las condiciones históricas de la aparición de los mismos, R. Moguillansky autor de importantes obras sobre el tema, "pone a trabajar las ideas", estudiando los problemas atinentes a ambos conceptos y exponiendo su visión sobre el tema, al tiempo que discute las polémicas en torno de los mismos logrando, en apretada síntesis, un ensayo tan acabado como esclarecedor con el objetivo de "contribuir a disminuir los malentendidos y mitigar los efectos de una creciente babelización" de la teoría y la práctica del psicoanálisis.

FRAGMENTO DEL LIBRO (Tomado del segundo Capítulo)

Relación de objeto y vínculo
1. Relación de objeto y vínculo: ¿Dos ideas ya instaladas o dos ideas en discusión? ¿Son ellas responsables de un progreso teórico?

Las nociones de relación de objeto y vínculo, si bien no fueron ideas iniciales del psicoanálisis, han tomado gran relevancia en los últimos años, en parte por la difusión que han tenido, y también por las intensas discusiones que se han desencadenado en torno a ellas. Forman parte del vocabulario habitual de escritos psicoanalíticos y circulan como nociones que ya presumen de canónicas con un supuesto significado compartido. Solemos tener la impresión de que no hace falta aclarar el significado particular que se les adscribe, tanto en las oportunidades en que se las reifica, como en otras en las que se las denosta; aunque también es cierto que no siempre es claro qué se quiere decir con ellas. Para muchos se trata de nociones centrales de enorme poder explicativo; para otro grupo de psicoanalistas, también muy numeroso, son las responsables de los desvíos que han llevado al psicoanálisis a equivocar el camino, más aún, a veces son vistas por los que adhieren a esta última perspectiva, como las responsables de haber hecho perder lo más genuino al descubrimiento freudiano. Como ejemplo de las críticas que se han hecho recordemos a J. Laplanche (1971): "en la medida en que el concepto de relación objetal, por definición, hace recaer el acento en la vida emocional del sujeto, ofrece el peligro de conducir a algunos autores a considerar como principalnmente determinantes las relaciones reales con el ambiente". Esta cita muestra cabalmente el temor que cundió en el psicoanálisis, a que estas nociones lo hicieran caer en proposiciones ambientalistas. Este libro pretende aclarar algunas falsas opciones y contribuir a su elucidación y así poder valorar el lugar que tienen dentro del universo teórico del psicoanálisis.

2. ¿Dos ideas diferentes o dos modos de nombrar un mismo fenómeno? Una primera aproximación a estas dos nociones y un breve comentario acerca de su distinto origen:

Digamos en primer lugar, que no es sencillo abordarlas en conjunto ya que nacieron en teorías distintas y en diferentes momentos de la evolución del psicoanálisis. Advirtamos la noción de relación de objeto, pone en cuestión toda la polisemia que tiene dentro del psicoanálisis la noción de "objeto"n(vide infra). Brevemente -después me detendré en cada uno de estos puntos- y como una primera aproximación, podemos decir que la idea de una "relación de objeto", encuentra sus orígenes en los trabajos sobre la identificación, que tienen un primer eslabón en el ensayo de Freud, Duelo y melancolía (1915); una segunda estación en el Breve ensayo sobre la evolución de la libido (1924) de Karl Abraham en el que encontrará sus cimientos la teorización de Melanie Klein (1975), quien la convertirá en una idea central que recorre toda su obra. La noción de relación de objeto en la teoría de Klein, presupone entre otras cosas, poner en tela de juicio la teoría del narcisismo primario, planteando desde el inicio un yo que concibe la existencia de un objeto y una disposición a relacionarse con él. Esta noción de relación de objeto, en la obra kleiniana, está indisolublemente ligada a la de "fantasía inconsciente" establecida por Susan Isaacs (1943). La "realidad psíquica" está signada -para estos autores- por los avatares de la fantasía, y toda percepción y construcción del mundo, en especial el mundo interno, estaría teñida por ella. En rigor el mundo interno de cada sujeto, para este punto de vista, está poblado de objetos internos, "la asamblea de objetos internos", con los que el yo está en diálogo y las relaciones que tiene con los otros es a trayés de ellos y de las vicisitudes por las que atraviesan en virtud de las ansiedades que promueven.

Fairbarn (1952), con una visión más radical sobre este problema, intentará construir una conceptuación que, dejando de lado la pulsión, centra la teoría en la idea de objeto y dirá: "la libido es buscadora de objetos"

Posteriormente se dio una importante discusión entre aquellos que reivindican la preponderancia de la pulsión y los que plantean el papel central del objeto de su posible articulación o no. Más tarde, la idea de relación de objeto será también fuertemente usada por autores norteamericanos, como Edith Jacobson (1964) y Otto Kernberg (1977) aunque con un sentido distinto que el que tenía en la escuela inglesa.

La noción de vínculo, en cambio, es más tardía; remite a otras vertientes. Por un lado, apareció la necesidad teórica de pensar al sujeto del inconsciente como un sujeto de herencia; desde otra arista estuvo ligada a la creciente importancia que empezó a tener lo intersubjetivo en la constitución del sujeto. A esto se sumó el intento de explicar el padecimiento individuo desde lo que ocurre en sus vínculos, en es pecial la trama familiar. Otra perspectiva, desde la que se impulsó la teorización de la noción de vínculo, fue la consideración que comenzó a tener el sufrimiento vincular, así como la riqueza que brindaba para su comprensión el considerar a los sujetos en el seno de sus relaciones familiares. A modo de ejemplo digamos, que en la posguerra se empezaron a atender parejas y familias con un marco de referencia psicoanalítico. La creciente preocupación por explicar y tratar la esquizofrenia llevó a muchos investigadores, tanto dentro como fuera del psicoanálisis, a bucear en las familias buscando causas y abordajes posibles. En nuestro país desde fines de la década del sesenta se creó un interesante movimiento para comprender la familia, rescatando la enseñanza de E. Pichon Rivière (1946, 1951), quien tanto había insistido en la del padecimiento mental dentro de las redes sociales y familiares. Desde esta perspectiva se hizo cada vez más necesario tomar en cuenta la determinación de un individuo desde lo conjunto, realzándose ideas como pertenencia, que no eran parte del léxico psicoanalítico.

No menos trascendente fue la incorporación de nociones vinculares que enfatizaban el papel que jugaba la relación madre-bebé en la constitución de la subjetividad del infante. Por último las teorizaciones sobre las relaciones del individuo con lo conjunto, y del conjunto con el individuo, han enriquecido notablemente la comprensión psicoanalítica del vínculo. Por la multiplicidad de ámbitos a los que remite, como se desprende del breve y diverso panorama anterior, es explicable que no haya consenso acerca de las definiciones de relación de objeto y vínculo. Según algunos autores, estas dos nociones toman diversas significaciones y recortan distintos referentes clínicos. Conviven en un territorio en donde se discute la noción de sujeto, de objeto, de otro, de ajeno y están en juego concepciones que suponen que para la comprensión de lo inconsciente no se puede prescindir de un vértice intersubjetivo. Digamos también que en este terreno las nociones relación de objeto y vínculo son ideas frecuentemente invitadas a participar en las discusiones sobre causalidad y determinismo psíquico y también suelen estar presentes cuando se esbozan teorías sobre la constitución subjetiva.